viernes, 24 de junio de 2011

Aprendí que los amores "eternos" pueden terminar en una noche, que grandes amigos pueden volverse grandes desconocidos. Que nunca conocemos a una persona de verdad, que todavía no inventaron nada mejor que el abrazo de mamá.
Que el "nunca más" nunca se cumple y que el "para siempre", siempre termina.